Toxoplasmosis ocular, una enfermedad silenciosa

La toxoplasmosis ocular, enfermedad transmitida por el parásito Toxoplasma gondii, es la causa más frecuente de uveítis posterior en los pacientes. Se manifiesta con inflamación de la úvea o capa media del globo ocular, la cual tiene la función de suministrar sangre a la retina.

Aproximadamente el 80% de casos se da en pacientes entre los 15 y 45 años

  • Cómo se contrae
    • Al ingerir carne mal cocinada de animales que han estado infectados por el parásito. Los principales transmisores son carne de ternera, cerdo y pollo.
    • Al beber agua de procedencia desconocida. Esta forma es común en países con bajas condiciones higiénicas.
    • Vía transplacentaria de la madre al bebé durante el embarazo. Hoy en día es poco frecuente por los métodos de prevención y diagnóstico tempranos.
  • En OFA hacemos un estudio inmunológico paralelo para determinar porqué el parásito atacó al paciente.

 

  • Síntomas
    • Miodesopsias (moscas volantes)
    • Fotofobia
    • Dolor ocular y ojo rojo
    • En pacientes con sistemas inmunes normales puede ser asintomática o presentar síntomas muy leves.
    • Inflamación de los ganglios de la región cervical, fiebre y decaimiento
    • En niños pequeños puede presentarse estrabismo, leucocoria o pupila blanca y nistagmo (movimientos oculares espontáneos).
    • En niños mayores, adolescentes y adultos los síntomas más comunes son pérdida de agudeza visual o pérdida de la visión central.
    • En ocasiones no se presentan síntomas y se diagnostica en exámenes oculares de rutina.
    • Alta presión ocular

La infección del ojo se produce por reactivaciones, no durante el primer contacto con el parásito, y en muchos casos cuando es diagnosticada ya ha dejado cicatrices por reactivaciones anteriores. Se trata con diferentes combinaciones de medicamentos como gotas para tratar la inflamación de la retina y la coroides y antibióticos para combatir el parásito. Cuando el paciente no responde a tratamientos tradicionales se hace tratamiento intraocular o inteavitreo. Suele tener buen pronóstico, aunque en algunos casos deriva en pérdida de la visión central, catarata, opacidades en el vítreo y desprendimiento de retina. Por eso es indispensable la consulta y tratamiento oportunos.

Se estima que unas 500 millones de personas en el mundo están infectadas por el parásito

Hasta el momento ningún tratamiento mata el parásito definitivamente, simplemente lo inactiva y queda enquistado en la retina. Éste puede reactivarse y debe ser tratado nuevamente.

Embarazo y toxoplasmosis ocular

Cuando las madres han estado infectadas antes del embarazo y sufren una reactivación de la infección ocular el parásito no se trasmite al feto. Las lesiones oculares en la toxoplasmosis congénita se presentan en un 85 % de los casos. Por el contrario, solo entre el 1 y 3 % de las personas infectadas después de nacer presentan lesiones oculares. Para prevenir las mujeres embarazadas deben evitar consumir leche sin pasteurizar, embutidos, jamones, chorizos, sushi, pescados y huevos crudos y lavar muy bien verduras y hortalizas. Si tienen animales domésticos evitar el contacto con sus heces.

  • Otros factores de riesgo
    • Diabetes mellitus
    • Procesos oncológicos
    • Hepatitis C
    • Disfunción hepática
    • Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)
    • Personas con transplantes
    • Enfermedades del tejido conectivo
    • Uso de medicamentos inmunosupresores.

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